Editorial Juventud, 2000
El texto de Hay un oso en el cuarto oscuro narra una historia sencilla de un niño llamado Guillermo que tiene miedo de un oso grande y hambriento que cree haber visto en su casa, detrás de la puerta del cuarto oscuro.
Teme tanto la posibilidad de que al oso le entre más hambre de la cuenta y decida comerse a algún niño para cenar, que empieza a alimentarle como precaución, a partir de las sobras y otras cositas que va encontrando por la casa, hasta que su madre advierte la peste que sale del cuarto oscuro y decide que es hora de limpiar.
Tras intentar desesperadamente detener a su madre, por fin le cuenta su historia sobre el oso del cuarto oscuro, y su madre sugiere que se enfrenten a él. Cogen una fregona y una escoba y, a modo de lanzas listas para entrar en batalla, se acercan a la puerta. Cuando finalmente la abren, encuentran una alfombra vieja y peluda en lugar de un oso y mucha comida apestosa por todas partes. Madre e hijo lo limpian todo y luego van a comprarle a Guillermo su propio osito de peluche para que le acompañe en la cama por las noches. Y nunca, nunca vuelve a tener miedo de los osos, nunca más.
A esta sencilla historia de un niño que se enfrenta a su temor, las ilustraciones añaden una complejidad muy jugosa, sugiriendo distintos planos de realidad dentro de un todo en el que la imaginación del oso, la imaginación de Guillermo y la imaginación del propio lector cuentan tanto como cualquier realidad que pueda haber.
Aunque se nos dice que Guillermo nunca ha visto realmente el oso, se nos enseña un dibujo que Guillermo hace del oso, porque "sabe qué aspecto tiene". Pero también se nos muestra un dibujo de Guillermo realizado por el oso, "mientras Guillermo sueña".
El oso aparece en casi todas las ilustraciones, bien como espectador, escondido en algún lugar, o como un personaje activo.
Vemos cómo llega el oso a la casa al principio del cuento y cómo recoge sus pertenencias y se marcha al final, con aspecto un tanto ofendido.
¿Podría ser que hay otra historia, sobre un oso atemorizado por ser descubierto por un niño y su madre en su recién estrenada casa y por tener que mudarse una vez más?
¿Quién se imagina qué?
Comentarios generales
Hay un oso en el cuarto oscuro plantea una gran variedad de cuestiones filosóficas de distintos grados de profundidad y abstracción. A los niños más pequeños quizás les resulte más fácil mantener una conversación acerca del miedo que acerca de la fiabilidad de los sentidos, pero no necesariamente. Recuerda preguntar antes de nada a los niños qué les ha parecido a ellos lo más interesante del cuento. A menudo sacarán ellos mismos muchos de los temas filosóficos.
Es importante recordar que la idea no es ir contestando una a una las preguntas en orden, sino usarlas como guía muy flexible para mantener una conversación animada y dirigida por los niños. ¡Que lleven ellos la conversación!
¡A disfrutar! Y, por favor, dejadme comentarios contándome qué tal os fue en caso de que utilicéis parte del material que habéis encontrado aquí.
(c) de todas las imágenes de este post, Helen Cooper, 1993
(c) del texto, Ellen Duthie. Cópialo o reprodúcelo, pero sé buena gente e incluye la fuente (autora y blog).
Teme tanto la posibilidad de que al oso le entre más hambre de la cuenta y decida comerse a algún niño para cenar, que empieza a alimentarle como precaución, a partir de las sobras y otras cositas que va encontrando por la casa, hasta que su madre advierte la peste que sale del cuarto oscuro y decide que es hora de limpiar.
A esta sencilla historia de un niño que se enfrenta a su temor, las ilustraciones añaden una complejidad muy jugosa, sugiriendo distintos planos de realidad dentro de un todo en el que la imaginación del oso, la imaginación de Guillermo y la imaginación del propio lector cuentan tanto como cualquier realidad que pueda haber.
Aunque se nos dice que Guillermo nunca ha visto realmente el oso, se nos enseña un dibujo que Guillermo hace del oso, porque "sabe qué aspecto tiene". Pero también se nos muestra un dibujo de Guillermo realizado por el oso, "mientras Guillermo sueña".
Vemos cómo llega el oso a la casa al principio del cuento y cómo recoge sus pertenencias y se marcha al final, con aspecto un tanto ofendido.
¿Podría ser que hay otra historia, sobre un oso atemorizado por ser descubierto por un niño y su madre en su recién estrenada casa y por tener que mudarse una vez más?
¿Quién se imagina qué?
La filosofía en el cuento
Hay un oso en el cuarto oscuro plantea preguntas filosóficas sobre la naturaleza del miedo por un lado y acerca de la naturaleza de la realidad y su relación con la imaginación, por otro. Pero también es el punto de partida perfecto para debates divertidos acerca de si podemos saber o no que somos "reales" nosotros mismos y acerca de la fiabilidad de nuestros sentidos.
A continuación se proponen tres series de preguntas destinadas a incitar el debate entre niños, con introducciones a cada uno de los temas, muy breves y generales, no especializadas y sin nombres propios, dirigidas a profesores, padres, abuelos o a cualquiera que pueda interesarle.
Miedo
En el cuento, Guillermo tiene miedo de algo que cree haber visto. Su miedo hace simultáneamente dos cosas: le mueve a la acción (alimenta al oso al que teme) y le paraliza (no le cuenta a nadie nada sobre su miedo). Esto plantea interesantes preguntas sobre la naturaleza del miedo, las causas del miedo, la relación entre el miedo y la imaginación, la relación o la ausencia de relación entre conocimiento y miedo y nuestra propia actitud frente al miedo.
La primera serie de preguntas busca abundar en la propia experiencia de los niños y en su reflexión sobre sus propios miedos y los de Guillermo para llegar a posibles definiciones de miedo y analizar sus causas y consecuencias.
Preguntas relacionadas con el cuento para propiciar una conversación filosófica sobre el miedo
Hay un oso en el cuarto oscuro aborda cuestiones sobre la realidad y la imaginación y, a través de las ilustraciones, sugiere o juega con la idea de que el oso pueda ser más que un producto de la imaginación de Guillermo. Plantea diversas posibilidades. Quizás el oso sea enteramente un producto de la imaginación de Guillermo. Quizás la realidad de Guillermo y la realidad del oso son realidades paralelas, coexistentes. ¿O quizás Guillermo y su madre sean productos de la imaginación del oso?
Las cuestiones filosóficas que se plantean aquí se refieren a la diferencia entre la realidad y la imaginación o la realidad y el sueño, lo que nos conduce a una de las preguntas filosóficas más antiguas: "¿cómo sabemos que no estamos soñando?".
A su vez, se plantean preguntas generales acerca de la realidad, de cómo sabemos qué es real, de si nosotros mismos somos "reales" o incluso de si nosotros mismos pudiéramos ser producto de la imaginación de otra persona.
Preguntas relacionadas con el cuento para propiciar una conversación filosófica sobre la realidad
Guillermo "ve" al oso a través de la rendija de la puerta abierta del cuarto oscuro. Asume esta percepción visual como una fuente de información acerca del mundo real, reacciona ante esta información (tiene miedo) y actúa frente a esta información (lo alimenta para evitar que se lo coma a él). Considera su percepción visual como fuente de conocimiento. Más tarde, con su madre, "ve" que lo que pensaba que era un oso es en realidad una vieja alfombra peluda y reajusta su información acerca del mundo real en función de su nueva percepción visual de la alfombra.
Esto plantea interesantes preguntas filosóficas acerca de la fiabilidad de nuestros sentidos y nuestro conocimiento perceptivo del mundo.
Preguntas relacionadas con el cuento para propiciar una conversación filosófica acerca de la fiabilidad de los sentidos
A continuación se proponen tres series de preguntas destinadas a incitar el debate entre niños, con introducciones a cada uno de los temas, muy breves y generales, no especializadas y sin nombres propios, dirigidas a profesores, padres, abuelos o a cualquiera que pueda interesarle.
Miedo
En el cuento, Guillermo tiene miedo de algo que cree haber visto. Su miedo hace simultáneamente dos cosas: le mueve a la acción (alimenta al oso al que teme) y le paraliza (no le cuenta a nadie nada sobre su miedo). Esto plantea interesantes preguntas sobre la naturaleza del miedo, las causas del miedo, la relación entre el miedo y la imaginación, la relación o la ausencia de relación entre conocimiento y miedo y nuestra propia actitud frente al miedo.
La primera serie de preguntas busca abundar en la propia experiencia de los niños y en su reflexión sobre sus propios miedos y los de Guillermo para llegar a posibles definiciones de miedo y analizar sus causas y consecuencias.
Preguntas relacionadas con el cuento para propiciar una conversación filosófica sobre el miedo
- En el cuento, Guillermo tiene miedo. ¿Por qué tiene miedo? ¿A qué tiene miedo exactamente? ¿Tiene realmente razones para tener miedo?
- ¿Qué cosas te dan miedo a ti? ¿Por qué? ¿Cuáles crees que son las causas del miedo? ¿Qué cosas hacen desaparecer el miedo?
- ¿De qué tienes más miedo, de cosas reales o de ideas?
- ¿El miedo es siempre algo malo o puede ser útil?
- ¿Crees que Guillermo afrontó su miedo de la forma más adecuada? ¿Qué habrías hecho tú en la situación de Guillermo, si hubieras creído que podía haber un oso en el cuarto oscuro?
- ¿Alguna vez has tenido miedo de algo "en secreto" y no se lo has dicho a nadie? ¿De qué? ¿Por qué no se lo contaste a nadie?
- Una vez que Guillermo descubre que lo que pensaba que era un oso era en realidad una vieja alfombra, su miedo parece desaparecer. ¿El conocimiento elimina el miedo? ¿Es posible "saber" que no hay un oso en el cuarto oscuro o un monstruo debajo de tu cama y aún así, tener miedo del oso o del monstruo? ¿Cómo es posible eso?
Hay un oso en el cuarto oscuro aborda cuestiones sobre la realidad y la imaginación y, a través de las ilustraciones, sugiere o juega con la idea de que el oso pueda ser más que un producto de la imaginación de Guillermo. Plantea diversas posibilidades. Quizás el oso sea enteramente un producto de la imaginación de Guillermo. Quizás la realidad de Guillermo y la realidad del oso son realidades paralelas, coexistentes. ¿O quizás Guillermo y su madre sean productos de la imaginación del oso?
Las cuestiones filosóficas que se plantean aquí se refieren a la diferencia entre la realidad y la imaginación o la realidad y el sueño, lo que nos conduce a una de las preguntas filosóficas más antiguas: "¿cómo sabemos que no estamos soñando?".
A su vez, se plantean preguntas generales acerca de la realidad, de cómo sabemos qué es real, de si nosotros mismos somos "reales" o incluso de si nosotros mismos pudiéramos ser producto de la imaginación de otra persona.
Preguntas relacionadas con el cuento para propiciar una conversación filosófica sobre la realidad
- ¿Qué es real y qué es imaginario en Hay un oso en el cuarto oscuro? ¿Es real el oso? ¿Cómo lo sabes?
- ¿Podría ser real todo lo que vemos en el cuento? ¿Tanto la realidad del oso y la realidad de Guillermo?
- ¿Crees que el oso "realmente" dibuja a Guillermo? ¿O crees que el dibujo que el oso hace de Guillermo es parte de un sueño que está teniendo Guillermo? ¿Por qué?
- ¿Cuál es la diferencia entre la realidad y la imaginación? ¿Cómo podemos saber si algo es real y no imaginario?
- ¿Cuál es la diferencia entre la realidad y el sueño?
- ¿Alguna vez has dudado acerca de si algo ha ocurrido en realidad o si lo has soñado? ¿Cómo resolviste la pregunta?
- ¿Cómo sabes que no estás soñando ahora mismo?
- ¿Son reales los sueños?
- ¿Eres tú real? ¿Cómo lo sabes?
- ¿Podrías ser tú un producto de la imaginación de otra persona? Por ejemplo, ¿de la imaginación de un oso atemorizado?
Guillermo "ve" al oso a través de la rendija de la puerta abierta del cuarto oscuro. Asume esta percepción visual como una fuente de información acerca del mundo real, reacciona ante esta información (tiene miedo) y actúa frente a esta información (lo alimenta para evitar que se lo coma a él). Considera su percepción visual como fuente de conocimiento. Más tarde, con su madre, "ve" que lo que pensaba que era un oso es en realidad una vieja alfombra peluda y reajusta su información acerca del mundo real en función de su nueva percepción visual de la alfombra.
Esto plantea interesantes preguntas filosóficas acerca de la fiabilidad de nuestros sentidos y nuestro conocimiento perceptivo del mundo.
Preguntas relacionadas con el cuento para propiciar una conversación filosófica acerca de la fiabilidad de los sentidos
- Guillermo "ve" el oso a través de la rendija de la puerta abierta. Más tarde, "ve" la alfombra. ¿Cómo sabe que es una alfombra y que sus sentidos no le engañan esta vez? ¿Por qué es más fiable su vista la segunda vez que la primera?
- ¿Cómo sabes que la mesa que tienes delante es real? Si es real porque la ves, ¿sigue siendo real cuando cierras los ojos? ¿Qué es lo que hace que sea real?
- ¿Nos dan nuestros ojos información fiable acerca del mundo real? ¿La realidad es tal y como la vemos?
- Cuando metemos una cañita en un vaso de agua, nuestros ojos nos dicen que está doblada, pero ¿lo está? ¿Cómo sabemos que nuestros ojos no nos muestran las cosas de forma diferente a como lo son en realidad todo el tiempo? ¿Cómo son las cosas "realmente"?
- Los perros no ven colores del mismo modo que los vemos nosotros. ¿Qué realidad es más "real", la de los perros o la nuestra?
Hay un oso en el cuarto oscuro plantea una gran variedad de cuestiones filosóficas de distintos grados de profundidad y abstracción. A los niños más pequeños quizás les resulte más fácil mantener una conversación acerca del miedo que acerca de la fiabilidad de los sentidos, pero no necesariamente. Recuerda preguntar antes de nada a los niños qué les ha parecido a ellos lo más interesante del cuento. A menudo sacarán ellos mismos muchos de los temas filosóficos.
Es importante recordar que la idea no es ir contestando una a una las preguntas en orden, sino usarlas como guía muy flexible para mantener una conversación animada y dirigida por los niños. ¡Que lleven ellos la conversación!
¡A disfrutar! Y, por favor, dejadme comentarios contándome qué tal os fue en caso de que utilicéis parte del material que habéis encontrado aquí.
Podéis leer más acerca de la idea detrás de estas discusiones filosóficas basadas en álbumes ilustrados aquí y sobre algunas propuestas de "normas de discusión" para facilitadores y participantes, aquí (próximamente).
(c) de todas las imágenes de este post, Helen Cooper, 1993
(c) del texto, Ellen Duthie. Cópialo o reprodúcelo, pero sé buena gente e incluye la fuente (autora y blog).
Nos encantan los cuentos de Helen Cooper.
ResponderEliminarEl oso es real, no veis que la madre al final se queda mirando al bote de miel y ésta está vacia!! A mi me ha encantado, y a mi niño de tres años también. Mañana cuando se lo cuente de nuevo a ver si le pregunto cositas, aunque todavia no es demasiado charlatán. Se lo contaré a la niña que tiene 4 años.
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